Mi post va a sobre una paradoja. Siempre hablo de las cortinas como un elemento funcional, para proteger del sol y dar privacidad, y estético. Pero ante todo funcional.
Por fortuna, en este trabajo no paro de aprender. Ayer acabamos un montaje en una casa espectacular en un exclusivo sector de Mallorca donde pusimos cortinas tradicionales con visillo con el único objetivo de decorar paredes.
Mi clienta no necesitaba protegerse del sol porque no le llega, ni privacidad porque no tiene vecinos. Solamente quería decorar sus paredes para darles movimiento y para no llenarlas de cuadros… Una cortina en lugar de un cuadro. Suena extraño, verdad?
Cuando nos lo planteamos, tuvimos claro que el tejido debía tener una caída estupenda y lo encontramos (nada costoso, además).
No me enrollo más y os dejo con las imágenes para que juzguéis vosotros mismos.

